Más allá de las sandías y los futbolistas punteros, Los Palacios y Villafranca se sitúa en el mapa gracias a jóvenes científicos como José Miguel Algarín Guisado, que hasta hace unos meses compatibilizaba el coger tomates en el invernadero de sus padres con sus comunicaciones en congresos internacionales. Sin haber cumplido aún los 25 años, sacó el mejor expediente académico de su promoción y un máster en Física Médica, y se ha convertido en un chico récord: no sólo es el más joven de España en recibir el premio a Jóvenes Investigadores URSI (siglas francesas de Unión Centífica Internacional de Radio), sino que es el segundo año consecutivo que lo logra, y ahora es el palaciego más joven en convertirse en Hijo Predilecto.
Con razón su padre, que lo ha visto corretear por entre los olivos antes de que ingresara en el grupo de microondas del departamento de Electrónica y Electromagnetismo de la Universidad de Sevilla, lloró como un chiquillo el pasado jueves, cuando se enteró de que el pleno palaciego, por unanimidad y a propuesta del PA, aprobó nombrar a su niño Hijo Predilecto del pueblo.
El premio del año pasado en el congreso de la URSI fue por la comunicación titulada "Lentes de permeabilidad -1: Resolución y aplicación en la imagen por resonancia magnética en paralelo". El galardón de este año, que José Miguel ha ganado otra vez como quien gana al parchís, se llama "Metamateriales no lineales para aplicaciones en imagen por resonancia magnética". Pese a los tecnicismos, de ambas comunicaciones están más que orgullosos en el servicio de Radiología del hospital sevillano Virgen Macarena, con quien su departamento colabora estrechamente. Con los llamados "metamateriales", descubiertos tan sólo hace una década en Inglaterra y artificiales en el sentido de que no se encuentran en la naturaleza, José Miguel consigue fabricar unas placas que, aplicadas en el momento de la resonancia a un enfermo, consigue mucha más calidad y nitidez en la imagen resultante, ya que "confina el campo magnético que se aplica en la muestra", explica. Es decir, que el médico logra ver con mucha más claridad los resultados, lo que le facilita hacer un diagnóstico mucho más acertado. "Es como si la imagen tuviera más píxeles y ganara en calidad", dice el científico palaciego.
Agradecido a su compañero de investigación, el mexicano Marco Alonso López, a sus directores de tesis -que aún realiza-, Ricardo Marqués y Manuel Jesús Freire, y al proyecto nacional del Ministerio Consolider Ingenio, que hace posible la financianción, José Miguel es muy crítico con el nuevo plan Bolonia: "Con él se va a acabar la última generación de físicos; ahora preparan a los estudiantes sólo para ser profesores de instituto", asegura. Su plan inmediato -y el de su novia- es hacer méritos en universidades europeas para "poder volver" a la de Sevilla. En el camino va, después de haber presentado seis comunicaciones en congresos internacionales, otras dos en congresos españoles y haber publicado cinco artículos en las revistas más prestigiosas del mundo. "Mis jefes me dicen que el año que viene podré leer la tesis", dice esperanzado, aunque ahora sus nervios se deben al nombramiento en su pueblo. "Me ponen nervioso en mi casa; mi tía Encarna se acordaba de mis abuelos, a los que les hubiera encantado conocer todo esto", dice él, también emocionado.
- Este texto, resumido, se publica asimismo hoy como breve reportaje en El Correo de Andalucía.