sábado, 31 de diciembre de 2011

Reflexión de reyes para fin de año


A estas alturas de la Historia, de la nuestra y de la que estudiábamos en Sociales, a uno no le quedan ánimos para ponerse a favor o en contra de la Monarquía como sistema de gobierno o sistema de escaparate institucional. Más bien le parecen invevitabilidades históricas de las que merece la pena extraer sólo lo positivo. Mientras las rotativas de los periódicos pintaban la imputación de Urdangarín, presunto ladrón de guante cortesano, yo me empapaba gustosamente en el Museo del Prado de tantas joyas pictóricas como puso al alcance de todos, sin pensar siquiera democráticamente y sin pretenderlo, tal vez el peor rey que España ha sufrido como país: Fernando VII. Lo inauguró en noviembre de 1819, después de cargarse la Pepa y sólo unos meses antes de que Riego lo volviera a echar a él. Fernando VII, ese inútil, pagó de su bolsillo la creación de este museo que en tiempos de su hija, la desdichada Isabel II, se nacionalizó y emprendió un camino de altibajos, temblores, adquisiciones y ampliaciones hasta llegar tan atractivo a nuestra posibilidad de disfrute al módico precio de 12 euros.

No es mala manera de terminar el año acomodarse frente a un lienzo de Velázquez, Fortuny o Rafael para dejarse atrapar por la magia del pincel que ha sobrevivido tantos siglos e indagar en las casualidades históricas -robos, pirateos, adquisiciones legales e ilegales, encargos, regalos y herencias de por medio- que hicieron posibles que nuestro Museo se haya convertido, a lo tonto y sin exagerar, en una de las mayores pinacotecas del mundo.

Si el peor rey nos legó este impagable monumento, es probable que este rey de ahora nos tenga reservadas otras sorpresas tan divertidas como memorables en un futuro. El monarca que nos sacó del aprieto de Tejero había quedado en las últimas navidades como caricatura de sí mismo en ese Mensaje que nadie escuchaba, salvo este año por las veleidades del yernazo. Del que le quedaba, porque el otro se hizo el huidizo por las rendijas enfermizas del divorcio. La nuera, sacrificada periodista cuyo repentino exitazo sorprendió a la mismísima Ana Blanco de TVE, nos aupó al pueblo llano a la posibilidad palpable que siempre nos contaron los cuentos de hadas. Y ahora las nietas del rey vuelven a brindarnos la posibilidad novelera de otra encrucijada en torno a la ley sálica, si no cambia la Constitución tan rápidamente como lo hizo hace unos meses para combatir el mal del déficit, en un fin de semana.

Ocho millones y pico es pura chatarra para tanto material literario. Y más ahora que nos la dan contabilizada, sin misterios elucubradores. Por eso vaticino larga vida al rey y feliz año nuevo. Lo demás vendrá solo.


lunes, 19 de diciembre de 2011

La edición que los relatos de Miguel Roldán merecieron desde un principio

El libro lo presentamos mañana martes, a las 20.00 horas, en la casa hermandad de El Rocío de Los Palacios y Vfca. Creo que es una joyita literaria cuyo aroma hemos de expandir. Lo siento como un compromiso.

miércoles, 7 de diciembre de 2011

MIGUEL ORTEGA: otro Hijo Predilecto en mi pueblo

Decir que Miguel Ortega lleva toda su vida cantando no es una figura retórica, sino la pura verdad. Debutó con sólo cuatro años en la peña Juan Breva de Málaga, delante de serios cabales y apadrinado por su paisano Paco Cabrera. Entonces ni el pequeño Miguelito ni sus padres imaginaban que iba a ganarse la vida gracias al flamenco ni que 30 años después iba a conseguir el mayor galardón del género en el universo cantaor: la Lámpara Minera del Festival Nacional de La Unión (Murcia). Pero la consiguió el año pasado, y tal logro lo ha impulsado de tal forma que ha logrado dejar de cantar patrás, como se dice en el argot flamenco, para ser un artista cotizado.

Su rostro se ha puesto de moda, a su pesar, porque el Ayuntamiento de La Unión, presidido por el alcalde, Francisco Mª Bernabé (PP), protagonizó un encontranazo mediático con el cantaor palaciego al negarse a pagarle el premio -15.000 euros-, lo que llevó a Ortega a denunciar a los organizadores del célebre festival en la prensa y en los juzgados, hasta conseguir cobrar. Otros artistas premiados en la edicion de 2010 no cobraron el importe de sus premios hasta que él no hizo pública la situación. Incluso anunció este verano que ha compuesto un fandango referente a este asunto. El artista fue vetado de la siguiente edición del festival, a pesar de que la tradición manda que el ganador de la Lámpara inaugura las actuaciones del festival del año siguiente. "Siento gran impotencia porque somos artistas y de política no entendemos nada", dijo Ortega.

Curiosamente, ha sido el grupo municipald el PP de Los Palacios quien llevó la moción al pasado pleno de nombrar a Miguel Ortega Hijo Predilecto, propuesta que fue votada por unanimidad, incluso por un PSOE que cuando gobernaba en la anterior legislatura ni siquiera dispensó un recibimiento al artista tras haber sido proclamado la revelación del año en La Unión y aplaudido como tal en todos los medios de comunicación del país. Ser profeta en su tierra es, sin duda, lo más difícil. Otros artistas de la talla de Juan Peña El Lebrijano, de 72 años, han conseguido el mismo reconocimiento muy recientemente. Miguel Ortega acaba de cumplir 35.

El cantaor palaciego, que comenzó su trayectoria en colegios y ferias de la provincia de Sevilla, participó con nueve años en el festival flamenco de Camas. Tras su paso por muchos festivales andaluces, a los 12 años participa en un programa cultural de la Junta de Andalucía en Italia. En 1989 recibe la 'Venencia Flamenca' del Festival de la Mistela de su pueblo, organizado por la tertulia El Pozo de las Penas. Otros muchos premios jalonan su biografía, entre ellos, el segundo premio de la Federación de Peñas Flamencas de Sevilla 1995, el primer premio juvenil y el primer premio en Coria del Río 1996 y 1997, primer premio por alegrías y segundo premio por mineras en el Festival de La Unión 1999, primer premio por soleá del Festival de La Unión 2000, primer premio Candil 2000 en Manlleu (Barcelona) y primer premio Yunque Flamenco 2005 en Barcelona. Como cantaor de acompañamiento al baile, ha actuado junto a figuras de la talla de María Pagés, Javier Latorre, Javier Barón o Isabel Bayón.

  • Este texto, algo resumido, se publica también hoy en El Correo de Andalucía.