miércoles, 5 de febrero de 2014

Mediocridad

Incluso los agradecimientos los carga el Diablo. Es lícito que me den un premio de Atletismo si gano la carrera, o una copa si gano el campeonato, o no sé cuántos miles de euros si mi obra es la mejor de un certamen... independientemente de mi catadura moral y mi comportamiento privado. Ahora bien, arrastrar a todos mis paisanos, sin dejar ni uno atrás, a adoptar a un huerfanito, por ejemplo, no es lo mismo. Para esos proyectos existen reconocimientos -o caridades- más precisos, porque es muy probable que no todos mis paisanos tengan la misma consideración del huerfanito y entonces no sea de recibo adoptarlo. Para predilecciones, colores.

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