Lleva el sugerente nombre de 'Veni, vidi, sensi' y, más allá de la guerra de las Galias, pretende ganar la batalla de la sensibilización hacia el expresionismo abstracto desde la tierna infancia. Por eso la exposición de esta artista palaciega que acogen al alimón la Casa de la Cultura y el bar Manhattan de Los Palacios y Vfca. (Sevilla) hasta finales de mes es también un recorrido didáctico por la pintura en general, ejemplificado en Inma Fierro, para casi medio millar de escolares de entre 7 y 10 años que completarán un itinerario repleto de brochazos.
Inma Fierro, palaciega de 26 años y hecha artista de brega en la Universidad de Barcelona, donde se licenció (aunque empezó en la de Sevilla) y en los museos y galerías de media Europa, ha organizado una original exposición pictórica en su pueblo que no cabe en la Casa de la Cultura. Por eso su última producción se expande por un céntrico bar de la Plaza de España, lo que supone el remate de un itinerario didáctico que comienza en sus primeros dibujos, los que ella misma hacía en la escuela, y termina en sus últimas propuestas de la abstracción más íntima.
El recorrido es, en rigor, una ilustración inversa para combatir ese impertinente tópico que a Fierro molesta tanto, aquello de que cualquiera le diga: "Eso también lo pinto yo". La muestra, con media centenar de obras, incluye aquellos bocetos suyos de cuando no se salía al colorear, de cuando la maestra llamaba asombrada a su mamá, y termina en propuestas que por sí mismas no engancharían con la mayoría de los espectadores. "Por eso decidí hacer un recorrido por toda mi trayectoria", dice riendo, sobrepasada por su la conciencia de ser tan joven, "¿y qué trayectoria voy a tener yo que estoy empezando?". En realidad, sólo así pequeños y mayores podrán comprender el proceso artístico de ella y de todos los grandes (Goya, Picasso, Kline están entre sus maestros) por el que se persigue que la pintura no represente la realidad en sí, fotográficamente, sino lo que la realidad y su devenir producen en la sensibilidad más profunda del pintor. El itinerario hacia la modernidad.
La exposición de Fierro incluye marinas, bodegones, paisajes urbanos y copias de los clásicos como las Venus de Boticelli, pero enseguida avanza hacia sus Venus transformadas, mutiladas, endemoniadas, personalizadas al fin y al cabo. Y en esa senda hacia la abstracción continúa por la esencia de la muestra, que son sus pies y manos en grandes formatos. "Los pies y las manos son muy significativos para mí porque tienen que ver con el contacto, los saludos, las despedidas, el sexo de los pies entrelazados...".
Casi 500 niños de 3º a 5º de Primaria irán pasando por la muestra en grupos reducidos que contarán con explicaciones precisas de la autora y de la crítica de arte y museóloga Victoria Baquero. Verán un video del proceso creativo, mirarán los cuadros, preguntarán, expresarán lo que les sugieren y escucharán posibles interpretaciones. Todo ello para empaparse de arte y contar a la postre que llegaron, vieron y sintieron.
Inma Fierro, palaciega de 26 años y hecha artista de brega en la Universidad de Barcelona, donde se licenció (aunque empezó en la de Sevilla) y en los museos y galerías de media Europa, ha organizado una original exposición pictórica en su pueblo que no cabe en la Casa de la Cultura. Por eso su última producción se expande por un céntrico bar de la Plaza de España, lo que supone el remate de un itinerario didáctico que comienza en sus primeros dibujos, los que ella misma hacía en la escuela, y termina en sus últimas propuestas de la abstracción más íntima.
El recorrido es, en rigor, una ilustración inversa para combatir ese impertinente tópico que a Fierro molesta tanto, aquello de que cualquiera le diga: "Eso también lo pinto yo". La muestra, con media centenar de obras, incluye aquellos bocetos suyos de cuando no se salía al colorear, de cuando la maestra llamaba asombrada a su mamá, y termina en propuestas que por sí mismas no engancharían con la mayoría de los espectadores. "Por eso decidí hacer un recorrido por toda mi trayectoria", dice riendo, sobrepasada por su la conciencia de ser tan joven, "¿y qué trayectoria voy a tener yo que estoy empezando?". En realidad, sólo así pequeños y mayores podrán comprender el proceso artístico de ella y de todos los grandes (Goya, Picasso, Kline están entre sus maestros) por el que se persigue que la pintura no represente la realidad en sí, fotográficamente, sino lo que la realidad y su devenir producen en la sensibilidad más profunda del pintor. El itinerario hacia la modernidad.
La exposición de Fierro incluye marinas, bodegones, paisajes urbanos y copias de los clásicos como las Venus de Boticelli, pero enseguida avanza hacia sus Venus transformadas, mutiladas, endemoniadas, personalizadas al fin y al cabo. Y en esa senda hacia la abstracción continúa por la esencia de la muestra, que son sus pies y manos en grandes formatos. "Los pies y las manos son muy significativos para mí porque tienen que ver con el contacto, los saludos, las despedidas, el sexo de los pies entrelazados...".
Casi 500 niños de 3º a 5º de Primaria irán pasando por la muestra en grupos reducidos que contarán con explicaciones precisas de la autora y de la crítica de arte y museóloga Victoria Baquero. Verán un video del proceso creativo, mirarán los cuadros, preguntarán, expresarán lo que les sugieren y escucharán posibles interpretaciones. Todo ello para empaparse de arte y contar a la postre que llegaron, vieron y sintieron.
- Este texto, resumido, lo publico también hoy en El Correo de Andalucía
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