domingo, 24 de abril de 2011

Sonidos para una Vida muchísimo más larga

Manuel tiene más años de los que parece, una sonrisa escondida y una discapacidad de casi el 90%. Está en la silla como en su mundo, emitiendo sonidos que sólo sus compañeros entienden y, de repente, al ritmo del órgano, estira sus brazos, abre sus manos, mira al techo y acompasa las palmas cada vez mejor, hasta que milagrosamente lleva el son como si hubiera despertado de algún sueño olvidado. Es uno de los chicos de Aura, la asociación de discapacitados de Los Palacios y Villafranca que ha comenzado a experimentar con esta terapia basada en la música.


Manuel y sus compañeros tienen el mejor maestro posible: José Luis Carvajal, el primer palaciego que se convirtió en profesor superior de Música, dedicado a esta pasión desde su más tierna infancia y fundador de la Escuela Municipal de Música y Danza hace una década. Cada viernes, les regala una sesión de musicoterapia que los chicos esperan como agua de mayo, pues les permite comunicarse mejor que el resto de los días. "Para eso sirve la musicoterapia, que no es algo lúdico, sino terapéutico", insiste Carvajal, quien confiesa que "ellos me dan a mí más de lo que yo a ellos".

Desde luego emociona ver cómo Ana, con la cabeza gacha y el ánimo en otro sitio, desparrama una sonrisa por la habitación en cuanto el profe le dice que le toca a ella. "La canción de la pelota", le señala, y ella vuelve a sonreír, ensayando palmas. Pero no valen de cualquier manera; hay que seguir el ritmo, así que Carvajal comienza en el órgano para que ella se acompase. Una vez, dos, tres intentos, hasta que ella empieza en el mismo instante que él. Entonces Ana sigue perfectamente el ritmo, según marcan las notas, y canta, derrochando memoria para una letra que aprendió hace sólo una semana. Emociona asimismo que a Abraham, un pequeño con síndrome de Down, baste con decirle que cante un fandango para que el crío se arranque y luego se aplauda a sí mismo, entre risas del grupo. O que Macarena y Araceli estén deseando que llegue el instante del corro, para intercambiar parejas.

Emociona mucho ver al grupo de chicos sentados muy formales, expectantes por el órgano, la flauta, el tambor o la pelota. Cualquiera de estos instrumentos persigue mejorarles su capacidad expresiva y de relación con los demás, su psicomotricidad, su desarrollo sensoral y perceptivo, y desinhibirlos.

Carvajal es profesor de flauta travesera en la Escuela Municipal que él mismo fundó como director, pero está deseando que llegue cada viernes para disfrutar de los avances de sus chicos de Aura. "Tienen una memoria increíble para la música", dice, y lo confirman los padres, que asisten a las sesiones e interactúan con sus hijos, la pedagoga, la logopeda y la fisioterapeuta en la mayoría de actividades. Vistos los extraordinarios resultados de esta armoniosa terapia que se va extendiendo por todo el mundo y que en Los Palacios ha recalado ahora, Carvajal pretende hacer extensivas sus sesiones a enfermos mentales de otros ámbitos e incluso a esquizofrénicos, drogodependientes, depresivos, enfermos de Alzhéimer y personas mayores en general.

Ojalá tenga suerte.

  • Este reportaje, resumido, lo publico hoy también en El Correo de Andalucía.

1 comentario:

Anónimo dijo...

jose Luis es un gran Músico. Tiene una gran sensibilidad y ha sido un referentes para muchos niños que como el hicieron de la Musica su verdadera vocación.Muchas gracias por haberme dado clases.