El "por qué no te callas" que causó furor en la industria pseudomusical de las sintonías telefónicas y en la de la seriegrafía camisera ha rematado su perfección de negocio redondo con un apretón de manos y unas carcajadas entre Hugo Chávez y nuestro monarca borbónico. Ninguno de los dos estaba perdido esta mañana, cuando sonreían a las cámaras y maldecían para sus adentros, porque ninguno de ellos aguanta al otro, pero hay demasiados intereses en juego como para tirarlo todo por la borda por simple orgullo personal. España cuida intereses petroleros en Venezuela y Venezuela mima clientes españoles, así que más vale seguir sonriendo mucho tiempo. El chiste de este compadreo entre líderes internacionales me hace concluir que ninguna batalla sería imposible de solucionar; bastaría aunar voluntades entre personas lúcidas, y me acuerdo -como ustedes- de las crueles guerras del mundo. Claro que las voluntades para este compadreo tan gracioso no surgen si no se riegan con miles de millones de euros o dólares en juego. Siempre el parné, que hace una gracia loca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario