martes, 23 de julio de 2013

Un país de chiste

Es la conclusión más certera que nos ha deparado la Crisis desde que empezó hace ya no sé cuántos años, allá por la época en que los escayolistas y los de la ferralla dejaron de reunirse los viernes al mediodía para jugar a las cartas sobre el mostrador de cualquier bar con billetes de cincuenta euros mientras se ponían hasta arriba de cacharritos, como decían ellos. La conclusión más certera, digo, es que somos un país de chiste. Todo lo que ha ocurrido a partir de entonces podría complementar chistosamente el tópico del '¿Te imaginas que...?'. ¿Te imaginas que se cargan al único juez que con un par se enfrenta al franquismo? ¿Te imaginas que los niños dejan de utilizar las imprescindibles TIC en el cole y empiezan a recibir meriendas? ¿Te imaginas que se triplica el paro? ¿Te imaginas que el gobierno recorta miles de millones de euros en sanidad y educación mientras les da la misma cantidad a los bancos privados para resarcir sus malas prácticas? ¿Te imaginas que se descubre a las claras que el tesorero del PP de toda la vida es un mafioso que reparte manteca a diestro y siniestro financiándose ilícita, ilegal e inmoralmente? ¿Te imaginas que la infanta y su marido son imputados por pasarse de listos pero luego le sonríen maliciosamente al juez y aquí no pasa nada? ¿Te imaginas que el mismo rey, en la cresta de la crisis financiera, se va a Botswana para cazar elefantes y echar canitas al aire con su querida? ¿Te imaginas que la querida también maneja el cotarro con el listillo del yernazo? ¿Te imaginas que una jueza venida de otro mundo le mete mano al desfalco histórico del gobierno socialista de la Junta de Andalucía y empiezan a caer uno a uno mientras intentan cargarse a la jueza antes de que caiga el último? ¿Te imaginas que ese último se va a todo correr por si acaso? ¿Te imaginas que el Supremo no ve para tanto los delitos de Jaume Matas y le perdona sus diabluras? 

La lástima de este país es que nada de ello tenga que ser imaginado y por tanto nos ahorremos las carcajadas. 

Sólo en clave de humor, aunque sea de humor negro, terminamos entendiendo la realidad. Por eso los humoristas terminan siendo aquí los grandes sabios que nos dan lecciones, aunque sea a toro pasado. Aquí jamás triufaron de verdad la épica ni la fábula ni la novela. Aquí el único género respetable es el chiste. Por eso lamento no saber contar ninguno.

5 comentarios:

dorionrubia14@gmail.com dijo...

Jamás hubiera imaginado tantos desmanes, la realidas supera la ficción.
No sé si ésto tiene arreglo..
Gracias Alvaro por tu reflexión.

dorionrubia14@gmail.com dijo...

Jamás hubiera imaginado tantos desmanes, la realidas supera la ficción.
No sé si ésto tiene arreglo..
Gracias Alvaro por tu reflexión.

J10 dijo...

El chiste basa su gracia en la experiencia colectiva, en la visión conjunta a toro pasado. Lo complicado es la profecía. Quiero imaginar que todo tiene arreglo. Para eso están las chapuzas.

Un saludo, querida Dori!

Anónimo dijo...

Continuando con tu exposición, Álvaro, yo diría que por fin nos hemos convertido en homo videns con gafas 3D que disfrutan de una interminable comedia costumbrista española escrita por el espíritu más surrealista de Azcona, todo ello sin caer en la cuenta de que los actores somos todos nosotros. Pero la caverna...

J10 dijo...

No sé si te refieres a la caverna platónica o la de Aznar, pero en cualquier caso, Adrián, comparto que estamos condenados a la visión azconiana de la realidad. Por eso Azcona era un profeta y la mayoría formamos una comparsa a la que sólo nosotros podemos encontrarle la gracia.