"El primer día de la semana, al rayar el alba, volvieron al sepulcro llevando los aromas preparados. Y se encontraron con que la piedra había sido rodada del sepulcro. Entraron y no encontraron el cuerpo de Jesús, el Señor. Mientras ellas estaban desconcertadas por esto, se presentaron dos varones con vestidos deslumbrantes. Ellas se asustaron y bajaron los ojos; ellos les dijeron: '¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? No está aquí, ha resucitado. Recordad lo que os dijo estando aún en Galilea, que el hijo del hombre debía ser entregado en manos de pecadores, ser crucificado y resucitar al tercer día'. Ellas se acordaron de estas palabras. Regresaron del sepulcro y contaron todo a los once y a todos los demás. Eran María Magdalena, Juana y María la de Santiago y las demás que estaban con ellas las que decían estas cosas a los apóstoles".
SAN LUCAS, 24, 1-11
"Pasado el sábado, al rayar el alba, el primer día de la semana, fueron María Magdalena y la otra María a ver el sepulcro. De pronto hubo un gran terremoto, pues un ángel del Señor bajó del cielo, se acercó, hizo rodar la losa del sepulcro y se sentó en ella. Su aspecto era como un rayo, y su vestido blanco como la nieve. Los guardias temblaron de miedo y se quedaron como muertos. Pero el ángel, dirigiéndose a las mujeres, les dijo: 'No temáis; sé que buscáis a Jesús, el crucificado. No está aquí. Ha resucitado, como dijo. Venid, ved el sitio donde estaba. Id en seguida a decir a sus discípulos: Ha resucitado de entre los muertos y va delante de vosotros a Galilea. Allí le veréis. Ya os lo he dicho".
SAN MATEO, 28, 1-7
"Pasado el sábado, María Magdalena, María la madre de Santiago y Salomé compraron perfumes para ir a embalsamarlo. El primer día de la semana, muy de madrugada, al salir el sol, fueron al sepulcro. Iban diciéndose: '¿Quién nos rodará la losa de la puerta del sepulcro?'. Levantaron los ojos, y vieron que la losa estaba removida; era muy grande. Entraron en el sepulcro y, al ver a un joven sentado a la derecha, vestido con una túnica blanca, se asustaron. Pero él les dijo: 'No os asustéis. Buscáis a Jesús nazareno, el crucificado. Ha resucitado. No esta aquí. Ved el sitio donde lo pusieron. Id, decid a sus discípulos y a Pedro que él irá delante de vosotros a Galilea. Allí lo veréis, como él os dijo'. Ellas salieron huyendo del sepulcro, porque se había apoderado de ellas el temor y el espanto, y no dijeron nada a nadie porque tenían miedo".
SAN MARCOS, 16, 1-8
"El primer día de la semana, al rayar el alba, antes de salir el sol, María Magdalena fue al sepulcro y vio la piedra quitada. Entonces fue corriendo a decírselo a Simón Pedro y al otro discípulo preferido de Jesús; les dijo: 'Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto'. Pedro y el otro discípulo salieron corriendo hacia el sepulcro los dos juntos. El otro discípulo corrió más que Pedro, y llegó antes al sepulcro; se asomó y vio los lienzos por el suelo, pero no entró. En seguida llegó Simón Pedro, entró en el sepulcro y vio los lienzos por el suelo; el sudario con que le había envuelto la cabeza no estaba en el suelo con los lienzos, sino doblado en un lugar aparte. Entonces entró el otro discípulo que había llegado antes al sepulcro, vio y creyó; pues no había entendido aún la Escritura según la cual Jesús tenía que resucitar de entre los muertos. Los discípulos volvieron a su casa".
SAN JUAN, 20, 1-10
Cuatro miradas sobre lo sucedido. Cuatro registros del milagro decisivo. Cuatro versiones del acontecimiento fundamental. La Resurrección que nuestra Semana Santa no tiene tiempo ni lugar de predicar, tan ajetreada con polémicas cofrades, estrenos, marchas, costales, saetas, carreras oficiales, revirás, varas y cirios al cuadril.
Los pregones deberían usar del feed-back y comenzar por aquí. Lo demás sólo es folclore vacío.
4 comentarios:
Precisamente estos días me preguntaba a mí mismo si los costaleros que se dejan la espalda bajo una escultura de madera, o los penitentes que marchaban descalzos durante muchas horas sentían realmente devoción religiosa o sencillamente lo hacían por tradición, por costumbre, como muchos otros asisten (o asistimos) sin mucho interés metafísico, devorando paquetes de pipas y disfrutando de la música, del incienso, de los amigos. De la primavera.
Nunca soporté aquello de que la Semana Santa es una "catequésis plástica". Si es así, a qué santo viene dejar al Señor muertecito el sábado por la noche, y a otra cosa. Es cierto que la fiesta se ha extendido más por su carácter artístico y lúdico que por mejores razones. Si no se vive la resurrección, ¿para qué valió todo? Ahí radica uno de los principales problemas de los cofrades. Atienden tanto a las formas, que rozan el ridículo o lo trasnochado, cuando el fondo, en la mayoría de los casos, ni se tiene en cuenta.
La fiesta es folclore, cierto.
Lo otro es sólo superstición.
Y yo prefiero la fiesta.
Un saludo
Sobre estas citas del Evangelio pienso que la fe en Jesús como salvador da sentido a la vida, nos enseña un camino a seguir para ser felices incluso en las adversidades.Sé que no suena muy moderno pero os digo que es auténtico porque es lo que pienso y quisiera transmitir sin ninguna pretensión esta dosis de esperanza y alegría a todo el que lo necesite, saludos de Isabel Miranfu.
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