La Constitución Española de 1978 contempla cuatro lenguas oficiales en el territorio nacional: el castellano o español, oficial para todos los españoles vivan donde vivan; el catalán, cooficial junto al castellano en las comunidades donde también se hable, como Cataluña, Baleares y Valencia; el gallego, cooficial asimismo con el castellano en Galicia; y el vasco, que comparte oficialidad igualmente con el castellano en el País Vasco. Cuatro lenguas, por tanto, lo que constituye una riqueza expresiva para el país. Mejor cuatro que no una sola. Si la lengua es pensamiento, tendremos, los que sepamos estas cuatro lenguas, cuatro perspectivas desde las que pensar y, en este sentido, conseguiremos una mente más abierta para comprender al otro. Por lo demás, existen dialectos (avanzadillas del latín que no llegaron a convertirse en idiomas distintos) como el bable asturiano o el aragonés. Por último, las modalidades lingüísticas propias de cada región: en el caso de la lengua castellana, nos encontramos con el canario, el murciano, el extremeño y el andaluz. Riqueza, riqueza.
No lo parece para quienes históricamente se han empeñado en limar diferencias y se han tomado la variedad lingüística como un atentado a la unidad de España y otras chorradas parecidas. Ya saben el discurso: España una y fuerte y cosas así... Se trata, a mi juicio (y no estoy solo), de un perspectivismo empobrecedor y de una manera ramplona de limitar la floresta a una sola rama.
Ahora, al hilo de la campaña electoral que nos conducirá al 9 de marzo, el PSOE andaluz lleva en su programa la posibilidad de impartir clases de las lenguas oficiales de España, a saber, gallego, catalán y vasco, en aquellas escuelas oficiales de idioma situadas en lugares con una acusada demanda con el objetivo de ampliar las posibilidades de conocimiento y trabajo para los andaluces que quieran, por ejemplo, viajar al norte de nuestro país, donde, en la práctica, se necesita saber estas lenguas para desenvolverse más óptimamente. O sea, que estamos ante la posibilidad de impartir en las escuelas de idiomas que ya ofrecen inglés, japonés o portugués, las lenguas de casa. Ante el anuncio, el PP primero ha manipulado el contenido de la propuesta y luego se ha escandalizado. En primer lugar, dicen los líderes como Arenas, Rajoy and company que es una "pesadilla" y algo intolerable que Chaves, el presidente andaluz, pretenda "imponer" el catalán en las escuelas andaluzas. Con este razonamiento, mucha gente ha entendido que el plan es que los niños andaluces tendrán que estudiar catalán o gallego o vasco en la escuela. Y eso no es así: la cosa sería en las escuelas oficiales de idiomas, o sea, en unas instituciones educativas a las que va quien quiere, voluntariamente, a aprender idiomas. Si uno puede aprender allí francés, por ejemplo, ¿por qué no va a tener la posibilidad de aprender catalán, por ejemplo? Esa es la historia, que, además, ya está desarrollándose, y desde hace años, en comunidades autónomas gobernadas por el PP, como Madrid, Castilla-León o Navarra. Allí ya existen escuelas oficiales de idiomas donde se imparten, tres veces por semana, estas lenguas constitucionales. ¿A qué viene el escándalo, entonces? Pues a lo de siempre: por un lado, a confundir a la opinión pública para rascar unos cuantos votos de gente que se despiste, y, por otro, a sembrar la semilla de la división contra los catalanes, los vascos y los gallegos. Precisamente a quienes se les llena la boca hablando de unidad, no llegan a comprender que el saber no ocupa sitio y que la verdadera unidad se consigue con la integración, mediante el conocimiento, de las posibilidades de expresión lingüística que existen de hecho en nuestro país. Esta política de anuncio, de spot publicitario de 30 segundos que nos están vendiendo cada día con más intensidad, no sirve para reflexionar sobre los asuntos, sino para establecer guerras dialécticas en las que gana quien diga la frase más ingeniosa y quien sea capaz de levantar el espíritu cateto y localista de más gente en este mundo inevitablemente globalizado. Hay quienes hablan catalán en la intimidad y mandan a sus hijos a universidades extranjeras para que aprendan inglés, pero no soportan que los hijos de los demás aprendan esos idiomas íntimos para tener más puertas abiertas y posibilidades laborales en la vida. Nada nuevo bajo el sol de esta España nuestra; españolito que vienes al mundo, una de las dos Españas ha de helarte el corazón, que dijo Machado, ¿no? Pues eso más o menos.
8 comentarios:
Todo este conflicto surge, a mi juicio, por el tradicional centrismo que lleva a identificar el concepto de España con Madrid y alrededores. Hace mucho tiempo que esta iniciativa tenía que haber sido obligatoria en todas las escuelas oficiales de idioma, asímismo creo absolutamente necesario que las lenguas cooficiales nacionales tengan una mayor repercusión en la televisión, al menos la pública. La gente ya debería estar acostumbrada a oir hablar en catalán, vasco o gallego y a leer su traducción al pié de la imagen.
Que estos señores de las llamadas derechas consideren que es beneficioso para España mandar a los hijos a estudiar al extranjero (propuesta de Rajoy) pero malo para hacer patria que en las Escuelas Oficiales se impartan las lenguas cooficiales pone a las claras -para quien quiera verlo, que no son todos - qué clase de patriotismo promueven.
Felicidades por esta reflexión. Es impecable. Es más, ¿puedo insertarla en mi blog?
Aquella aldea global que empezamos a vislumbrar nada más llegar a Reina Mercedes, ¿te acuerdas?, la tenemos ya aquí, entre nosotros, con esto de la internet. Las voces, las reflexiones, los pensamientos, las imágenes de cualquier punta del mundo son tocados por nuestras manos pensantes... ¿Cómo no vas a poder colocar en tu blog este reflexión mía? Claro que sí; lo único que te pido es que me la firmes, que para eso es mía, jajajaja
Por supuesto hombre, estaría bien que me apropiara de tus creaciones.Por eso te pedía primero el permiso.Gracias compañero.
Nada que objetar a que se ofrezcan las lenguas que se quieran en las Escuelas Oficiales de Idioma. Todo lo que sea sumar y remar en el mismo sentido. Aunque lo cierto es que con tanta hojarasca, en castellano, la principal lengua española, las castañas nos las tienen que sacar del fuego los iberoamericanos, triste, pero lo de siempre.
Salud
OBENFEITO (13.10.08)
Con demasiada facilidad se está diciendo que las lenguas cooficiales son enorme enriquecimiento de la cultura de los pueblos. Otros añaden: cuantas más lenguas, mal cultura. ¿Alguien puede explicarme esto?. Gracias.
BEN FEITO (13.10.08)
Con demasiada frecuencia se está diciendo que las lenguas cooficiales son un gran enriquecimiento de la cultura de los pueblos. Otros añaden: cuantas más len guas más cultura. ¿Alguien puede explicarme esto?. Gracias
FEITO BEN (13.10.08)
Con demasiada facilidad se está diciendo que las lenguas cooficiales son un gran enriquecimiento en la cultura de los pueblos. ¿Alguien puede explicarme esto?. Gracias
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