jueves, 17 de enero de 2008

Flamencos (V)


Con La Macanita se me ponen a mí los vellos de punta y, a veces, descubro momentáneamente lo que es el duende, eso que Lorca intentó explicar. Es una gitana guapa con un nombre insospechado entre nosotros los payos: Tomasa Guerrero Carrasco. El nombre artístico le viene de su padre, El Macano. De esta flamenca jerezana puede decirse que aprendió a cantar antes que a hablar. Si no se lo creen, vean el video de la colección Rito y geografía del cante en el que aparece echando unas bulerías de almíbar con sólo cuatro añitos. Para comérsela. La Macanita tiene una voz ronca que a veces se aterciopela y es heredera de un cante gitano, tradicional y salvaje. Destaca, además de en el decir festero, en las soleares y los villancicos. Precisamente es un villancico lo que canta en la película Flamenco de Carlos Saura. Su trampolín definitivo fue el disco Tauromagia del guitarrista Manolo Sanlúcar, uno de los mejores en su género por otra parte. Yo conocí a La Macanita cuando trabajaba en Radio-Unión y descubrí un disco suyo (Jerez-Xerez-Sherry) en el que mezclaba el flamenco con el blues. El primer corte, todavía lo recuerdo, era Adiós, tristeza. Disfrútenla unos días. Y no la olviden.

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